divendres, 29 de novembre del 2019

Hoy queremos compartir el cuento que hemos escrito entre todos los niños y niñas de la clase de los mayores de Preixens. Esperemos que os guste! 




UN CASTILLO Y SIETE NIÑOS
El otro día, nos fuimos de vacaciones a Sort, en los Pirineos. Dormimos en un castillo y cuando llegamos, no había nadie, pero nosotros, nos fuimos a las habitaciones que teníamos reservadas como si no pasase nada.
Más tarde, decidimos hacer unas actividades todos juntos. Primero, escalamos unas montañas. Después nos bañamos en un río y en un lago…
Cuando llegó el tercer día, y nos tuvimos que ir, lo recogimos todo, y nos fuimos. Bajamos por las escaleras, hasta llegar a la puerta principal. Entonces Aina intentó abrir la puerta, pero no pudo,  lo probó Rosi, y después Máxim, pero ninguno de los tres lo consiguió. Más tarde, Naomi se giró y gritó: ¡Hay todo tipos de monstruos detrás de nosotros! Había muchos monstruos: una familia de vampiros, una de zombis, una de fantasmas, una de dragones y una de momias. Nos intentamos a escapar por la puerta, pero era inútil, ¡estábamos muertos!
Al final, no sé cómo, pero acabamos en nuestras habitaciones, y allí, vimos dos ojos que traspasaban la puerta. 
Soy Casper - dijo él- no debéis tener miedo, porqué yo soy bueno.
Entonces Abril dijo: ¿Y  cómo debemos creernos que tú eres bueno? Casper dijo que tenía una prueba, que si no era bueno, ya nos habría capturado a todos. Nosotros, nos lo creímos y entonces le preguntamos cómo debíamos salir de allí, pero él no tenía ni la más remota idea. Entonces, empezó a caer una tormenta tremenda, por la noche no pudimos dormir por si nos encontraban los monstruos y teníamos que irnos.
La mañana siguiente, todos teníamos hambre, y vimos mermelada en el armario, por suerte, había mucha, entonces nos la repartimos entre los ocho, contando a  Casper.
Al cabo de un rato, Alejandro dijo: ¡Pero si tenemos ventanas en la habitación! ¡Podemos salir por allí!
A Casper, le pareció una buena idea, y salimos por allí. Casper nos dio ánimos para la vuelta a casa, y él y nosotros nos fuimos de vuelta.
Nos pasó el día super rápido, ya era la noche, y aún no habíamos llegado ni a la mitad del camino, cuando Irati dijo: ¡Chicos, tenemos un espía detrás con un cuchillo! Entonces, empezamos a correr muy rápido, pero en ese momento, el espía nos cogió, nos ató y nos dijo: Traedme de vuelta a casa, no soy malo.
Lo trajimos a casa y al cabo de un año menos siete días, regresamos a casa sanos y salvos pero muertos de hambre, porque del castillo, solo habíamos traído mermelada de cacahuete. Cuando entramos en casa, nuestros padres se tiraron encima de nosotros de alegría porque pensaban que estábamos muertos, y luego, nuestros padres nos dijeron todos a la vez: ¿Estáis bien? Y nosotros respondimos:

            ¡ESTAMOS MUERTOS DE HAMBRE!

Clase de los mayores de Preixens